Hace un tiempo, un domingo cualquiera, dos fanáticos de la Fórmula 1 se sentaron frente al televisor para ver el Gran Premio de Italia, en Monza.

Ambos llevaban gorras y polos de sus equipos favoritos, y habían esperado toda la semana para el inicio de la carrera.

Los dos eran fanáticos muy entusiastas.

Sabían los detalles de los pilotos, las estrategias de cada equipo y las peculiaridades del circuito.

Pero, a pesar de su amor por el deporte, sus experiencias fueron completamente distintas.

Uno de ellos vibraba con cada adelantamiento, sentía la tensión en cada parada en boxes y parecía conectado con la carrera de una manera diferente.

El otro también se emocionaba, pero le faltaba algo.

No entendía por qué su amigo lo vivía con tanta intensidad.

Hasta que lo entendió…

Desde que llegaron, su amigo no dejaba de tocarse la muñeca.

No era solo durante la carrera, sino en todo momento: mientras hablaban de estrategias, mientras comentaban la clasificación, e incluso cuando simplemente esperaban la largada.

Era como si cada vez que hablaban de Fórmula 1, sintiera un peso especial en su muñeca, una conexión física con lo que tanto amaba.

Cuando la transmisión mostró a los Tifosi celebrando en su Gran Premio de casa, su amigo se acomodó la manga y, por un instante, la luz reflejó algo en su muñeca.

Era una pulsera con un cierre de platino y pequeños diamantes incrustados.

Algo que no había notado antes, pero que ahora comprendía perfectamente.

No era un accesorio cualquiera.

La luz del televisor reflejó un grabado que contaba una historia que solo los verdaderos fanáticos entenderían.

“Esto no es solo una pulsera”, dijo su amigo, al notar su curiosidad.

“Es un pedazo real del neumático con el que Schumacher ganó en Monza en 1996. Una parte de la historia de la Fórmula 1 que llevo siempre conmigo.”

La diferencia

¿Te has preguntado cuál es la diferencia entre estas dos personas?

No es la pasión por la Fórmula 1.

Ambos la tienen.

No está en cuánto saben sobre los pilotos, las estrategias o los circuitos.

Tampoco tiene que ver con la cantidad de carreras que han visto a lo largo de los años.

Afortunadamente, no tiene nada que ver con eso.

La verdadera diferencia está en cómo viven la Fórmula 1.

Porque hay fanáticos que ven las carreras, coleccionan recuerdos, y utilizan gorras y polos de sus equipos favoritos.

Pero hay otros, que llevan la historia con ellos.

Es por eso que te hablo de Mongrip.

Mongrip

La Fórmula 1 está llena de momentos inolvidables.

Hazañas que nos dejaron sin aliento, actuaciones que marcaron generaciones y victorias que quedaron escritas en la historia del automovilismo.

Pero, ¿y si pudieras llevar contigo una parte real de esos momentos?

Eso es exactamente lo que hace Mongrip.

Transformar piezas auténticas de la Fórmula 1 en objetos que trascienden el tiempo.

No solo recuerdos, sino fragmentos tangibles de la historia, que puedes llevar contigo en todo momento.

Cada pulsera de Mongrip proviene de neumáticos reales usados en la categoría reina del automovilismo.

Pero no cualquier neumático.

Estamos hablando de aquellos que estuvieron presentes en las hazañas de los más grandes.

Michael Schumacher (Monza 1996):

Monza, el templo de la velocidad, era un lugar sagrado para Ferrari.

Pero en 1996, la Scuderia llevaba años sin un campeón.

Michael Schumacher había llegado ese año con la difícil tarea de devolverle la gloria a Maranello.

Su Ferrari F310 no era el auto más rápido de la parrilla, y enfrentaba a equipos más poderosos como Williams.

Bajo la presión de miles de Tifosi que gritaban desde las gradas, Schumacher demostró por qué era considerado el mejor de su generación.

Con una estrategia perfecta y maniobras al límite, logró una victoria que nadie esperaba.

No era solo otro triunfo; era su primera victoria con Ferrari en Monza, la casa de los Tifosi.

Un momento que marcó el inicio de una era.

La edición MZ96 captura esa esencia, hecha con los neumáticos originales del Ferrari F310 que utilizó en ese glorioso día.

Ayrton Senna (Donington 1993):

La lluvia caía sin piedad sobre Donington Park en 1993.

La pista era un charco incontrolable, y la carrera prometía ser un desastre para cualquiera que dudara al volante.

Ayrton Senna, con su McLaren menos competitivo que los Williams de Alain Prost y Damon Hill, sabía que su única oportunidad estaba en la primera vuelta.

Y cuando se apagaron las luces, Senna protagonizó una de las remontadas más asombrosas en la historia de la Fórmula 1.

Solo necesitó una vuelta para pasar de la quinta a la primera posición, adelantando con una confianza sobrehumana a rivales que apenas podían controlar sus autos.

Esa primera vuelta fue tan increíble, que posteriormente fue bautizada como «La Vuelta de los Dioses».

Finalmente, Senna ganó la carrera con una ventaja aplastante, dejando claro por qué era considerado el rey de la lluvia.

Donington Park se convirtió en el escenario de una de sus actuaciones más impresionantes.

La edición DP93 captura la esencia de esa hazaña, con los neumáticos originales que domaron la pista mojada en aquella tarde inolvidable.

Ambos logros no solo definieron a estos campeones, sino que también dejaron una huella imborrable en la Fórmula 1.

Un accesorio exclusivo para pocos

Estas piezas no son solo fragmentos de la historia; son ediciones extremadamente limitadas, cuya exclusividad crece con el tiempo, ya que pronto serán imposibles de adquirir.

La edición MZ96 cuenta con solo 91 unidades, un tributo a las 91 victorias de Schumacher en la Fórmula 1.

Además, cada pieza cuenta con 7 diamantes incrustados en un cierre de platino 950, que simbolizan sus 7 títulos mundiales.

Por su parte, la edición DP93, inspirada en Senna, cuenta con solo 161 unidades.

Cada una de estas pulseras incorpora detalles en oro rosa de 18K, resaltando la elegancia y el carácter de su legado.

Y para los fanáticos que desean un vínculo auténtico con la historia del automovilismo, Mongrip también ofrece pulseras fabricadas con neumáticos que han competido en carreras icónicas de la Fórmula 1, sin estar ligadas a un piloto específico, pero con el mismo legado de velocidad y gloria.

No es solo Fórmula 1, es cómo la vives

Algunas personas se conforman con ver la historia.

Otras deciden formar parte de ella.

Ahora, puedes ser uno de los pocos en el mundo que posea un pedazo auténtico de la Fórmula 1.

Cuando se acaben, será imposible conseguir otra igual.

¿Serás de los pocos que llevarán consigo un fragmento real de la historia de la Fórmula 1 en la piel?

No dejes pasar esta oportunidad.

Asegura tu pulsera antes de que sea demasiado tarde.

Lleva contigo un fragmento de la historia para siempre.

Si te interesa, es aquí:

PD: Si alguna vez has soñado con llevar la Fórmula 1 más allá de la pantalla, con algo que realmente la conecte contigo, esta es tu oportunidad. No es solo un accesorio, es una pieza de la historia. No dejes pasar esta chance única de llevar la Fórmula 1 en tu muñeca.

PD2: Las ediciones limitadas son únicamente las pulseras MZ96 y DP93.